Global Bass Online August/September 2001
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POR
CHRISTOPHER BUTTNER TRADUCIDO
POR NOISE´R´US
Varios días antes de la entrevista escuche en la
radio ‘Back in the Saddle’ de ROCKS y me puso la carne de gallina.
Esta canción es una de mis canciones favoritas Aerosmith de toda la vida,
si no uno de mis temas favoritos de hard rock de todos los tiempos. ‘Uno de mis momentos más agradables como bajista
fue sacar de oído la línea de bajo de esta canción’ le dije Tom durante la
entrevista. ‘Esa fue extravagante’, dice Tom respecto a su
contribución a la canción. ‘Joe
Perry tocó un bajo de seis cuerdas y yo doble su parte en el bajo, es una parte
extraña, tiene saltos de cuerdas considerables y tocarla bien es un reto
incluso para mí’.
Es asombroso que después de una carrera de 30 años
en una de las bandas de rock de más éxito de la historia, Tom Hamilton pueda
seguir siendo tan humilde acerca de su interpretación y su posición en la
historia de la música. Pero, durante el curso de la conversación telefónica
de una hora y diez minutos, Tom Hamilton, una de las mitades de la sección rítmica
más poderosa de todo el Rock and Roll, y el autor de la que probablemente es la
más ampliamente reconocida, si no la más grande línea de bajo de todos los
tiempos, ‘Sweet Emotion’, se reveló a sí mismo como el entrevistado más
inteligente y culto con el que nunca me haya encontrado. ‘Tengo tendencia a analizar bastante mi estilo de
interpretación, mis influencias y mi educación musical’, le dije a Tom.
‘Sinceramente, cuando más me he divertido tocando el bajo – y cuando
más he aprendido acerca del groove y el ritmo – ha sido cuando he tocado
temas de Aerosmith en grupos de versiones’ Tom sonó sincero y sorprendido y, después de una
breve pausa, dijo simplemente, ‘Guau... Gracias’.
La partes de bajo de Tom Hamilton tiene algunos de
los pasajes mas interesantemente creativos, orientados hacia el groove,
monstruosamente pequeños, y estilísticamente intrincados.
Seis profesores de música a lo largo de diez años no consiguieron
educarme más en el tempo, el estilo, la composición y el puro placer de tocar
el bajo o ser una parte de la sección rítmica, que cuando me senté a estudiar,
o ejecutar, las canciones de ‘Get Your Wings’, ‘Toys In The Attic’ y
‘Rocks’ de Aerosmith. No obstante, tal y como analizaba continuamente mis
29.años de historia como bajista, según se iba acercando el momento de mi
entrevista telefónica con Tom, empecé a ponerme más nervioso y ansioso,
regresando a la ‘actitud de
fan’ de 15 años. ¿Por qué
diablos me estaba poniendo tan malditamente nervioso?
Llevaba en el negocio de la música una década y había entrevistado y
conocido a cientos de celebridades y profesionales, pero no había estado tan
nervioso desde que, accidentalmente, conocí a Robert Plant hace quince años en
un aeropuerto.. El teléfono sonó:
'¡Hola, Christopher, soy Tom!', anunció Tom Hamilton. Mi oficina es como la Casa Blanca en la época de
Nixon. Puedo apretar un botón de
una de las tres grabadoras de cinta conectadas a los tres teléfonos y grabar
una conversación antes de que quien llama confirme siquiera con quien está
hablando. Cada línea de teléfono está conectada con uno de
esos pequeños ‘micros’ sin marca
que se consiguen en Radio Shack. Esos
son unos pequeños artilugios realmente fantásticos para enchufarlo a un
magnetofón y grabar tus conversaciones telefónicas con una calidad de audio
con un aceptable grado de inteligibilidad – tenlo en cuenta, están hechos por
Radio Shack, así que la ‘calidad’ es un término totalmente subjetivo. Utilizo este sistema para grabar cada maldita
entrevista importante y NO me había fallado nunca antes.
De hecho me había asegurado que todo estaba listo treinta minutos antes
de la llamada de Tom cuando sentándome en mi mesa y diciendo, ‘Probando, uno,
dos, tres, probando, uno, dos, tres’ en el teléfono y comprobando el nivel en
de grabación en un magnetofón de microcassette Sony de $35, como si estuviera
haciendo una comprobación de niveles detrás de una enorme mesa de 96 canales
en una auténtica sesión de grabación de Aerosmith.
Instantáneamente cayeron sobre mí los demonios de
la tecnología: mi magnetofón de microcassette Sony falló al grabar la
conversación. Esta entrevista se
había concertado cinco días antes, se habían preparado todas las preguntas,
el publicista asombrosamente había coordinado todo esto para mí, eran las 9
a.m., tenía sólo una taza de café, la grabadora funcionaba perfectamente
hacia 20 minutos, estaba en el límite de plazo para poder convertir esta
entrevista en un artículo en cuatro días, y ¡¡¡¡CRISTO!!!!
¿POR QUÉ ESTÁ PASANDO ESTA P**A M****A? Tom empezó a darme palique mientras me disculpaba
exageradamente como un enfermo mental. ¿Porqué
estaba tan condenadamente nervioso que ni siquiera podía superar la mínima
dificultad técnica que me planteaba una grabadora de microcassette?
Había trabajado con algunos de los nombres más importantes del negocio
de la música y nunca había estado
tan nervioso por una entrevista. Fue
en este instante cuando alcancé a ver con claridad que el hombre con el que
estaba hablando era probablemente la influencia musical individual más
importante de mi vida. Cuando esto
le sucede a un músico, no puede evitar estar nervioso y – a falta de un término
mejor – sobrecogido por la trascendencia del impacto que esta persona, y su
contribución a la música de su banda, han tenido sobre él como músico. Durante los preliminares de la conversación,
mientras hurgaba a tientas en el magnetofón, puse a Tom al tanto del término
‘Maquinas Málditas’. Esto
sucedió cuando empezamos a hablar de la tecnología, por qué falla, cuánto
nos gusta y por que nos dejamos tentar por la locura de comprar más y más de
ella para – supuestamente – hacer nuestras vidas más fáciles. ‘¿Has leído alguna vez la revista STUFF?¡,
preguntó Tom. ‘¡Me encanta STUFF!
Todo ese estupendo equipo. ¿Compras
la revista T3? Esa es otra revista realmente fantástica sobre ‘Maquinas
Malditas’. Tom empezó a reírse, ¿’Maquinas malditas’? (risas).
Eso es muy bueno. Leo la revista STUFF porque soy un aficionado total del
equipo. Me encantan los juguetes.
Pero, la última vez que leí STUFF, cuando llegué al final de la
revista, estaba pensando en todas las cosas que sería fantástico tener, y en
todos los manuales que las acompañarían. Me di cuenta de que nunca me pondría al día respecto a como
usar todo el material. Yo soy la
clase de persona que compra un aparato, aprende su funcionamiento básico, y
deja tres cuartas partes del manual sin abrir, porque salgo y me compro otro
aparato nuevo. Indagué, ‘¿Estas hablando de todo desde tu
backline y tus pedales hasta los componentes de rack en el equipo estéreo de
tu salón?’. ‘Y el estudio’ dijo Tom sin aspavientos. ‘Por
no mencionar el ordenador que usan mis hijos’. ‘Yo también soy así.
Tengo lo mejor de todo. Desde el Palm Pilot y el ordenador portátil,
hasta el aparato que compré porque tiene unas fantásticas luces parpadeantes y
no tiene más objetivo que el de quedar bonito’. Tom continuó, ‘Ayer hice una visita al Rock and
Roll Hall of Fame’. (Nota del
Autor: Aerosmith fueron incluidos recientemente en el Rock and Roll Hall of
Fame.) ‘Fue increíble. Fue realmente fantástico ver el equipo, las guitarras y los
amplificadores realmente históricos’. Nos fuimos por la tangente hablando del nuevo Experience
Music Project en Seattle antes de volver a la conversación con Tom
afirmando, ‘En el Rock and Roll Hall of Fame había una asombrosa exposición
sobre John Lennon. Toda una
habitación llena de sus letras escritas a mano.
Incluso tenían las gafas que llevaba puestas cuando le dispararon’. Pensé, ‘Oh-oh… la conversación se pone seria,
cambia de tema’. Y así fue como
dije. ‘Esta mañana me di cuenta que es asombroso lo influyente que pienso que
has sido. Creo que la mayor parte
de lo que sé sobre groove, base musical y estilo lo he aprendido copiando tus
partes de bajo’. ‘Te agradezco eso. ¡Pero no te aprenderías los
errores!’, se burló Tom. Me reí. “Los
errores son la Base de la Cultura”, puntualicé. ‘Ahhh, no había errores,” bromeó Tom. La grabadora resucitó y así comenzó mi
entrevista con Tom Hamilton de Aerosmith.
CB:
Defínete a ti mismo como músico. ¿Tienes
la sensación de que tu estilo y tu contribución a Aerosmith son una influencia
para otros intérpretes? TOM: Realmente no creo que
mi estilo como bajista sea una influencia.
Creo que mi papel como miembro de la banda, de la música de la grupoy
cualquier influencia que pueda tener en como suena la música de la grupocuando
se graba es una cosa. Pero pienso
que nuestras canciones, y nuestra música en general, tienen una gran influencia
en la gente. Creo que probablemente
la gente se mete en la música y después se pone a darle vueltas a las
diferentes partes. Nunca me he
considerado un ‘bajista para bajistas’.
Creo que siempre me he considerado un guitarrista y simplemente toco el
bajo. Nunca he sido de los que
compran u oyen música para escuchar el bajo.
La tengo y lo hago, periódicamente, pero sobre todo compro música por
las canciones. Después, si
cualquier cosa que el bajista esté haciendo en la canción me intriga, puedo
aprenderme una o dos cosas para ver que es lo que pasa. Algo que hice y que ha
sido una laguna en mis conocimientos a lo largo de los años es que cuando era
joven y estaba aprendiendo, no me aprendía las partes de bajo literalmente.
Mucha gente lo hace. Pero yo sólo me aprendía la estructura de la canción
y entonces metía dentro mi propia idea de bajo, probando un tipo de sonido como
el del bajista de la grabación. CB:
¿Mientras desarrollabas tu propio estilo como músico? TOM: Sí, llámalo pereza o
como quieras, simplemente nunca me sentaba a aprender un montón de partes de
bajo literalmente. A veces deseaba
hacerlo. Pero, en otras ocasiones,
el aprenderte partes de bajo de otros literalmente me podría haber hecho que no
me acostumbrase a tocar mis propias
ideas. CB:
¿Tienes estudios formales de música o empezaste a tocar la guitarra y
luego te sentiste atraído por el bajo? TOM: Nunca he realizado
estudios formales. Mi hermano mayor
era un fanático de los Ventures. Solía
poner sus discos por toda la casa y después aprendió a tocar la guitarra.
Frecuentemente, le veía tocar su guitarra en el salón y luego compro
una Stratocaster nueva y un amplificador Twin Reverb.
Cuando el no estaba en casa me colaba en su cuarto, encendía el
amplificador y tocaba. Subía esa cosa hasta el 6 o el 7 y después me asustaba
realmente de lo ruidoso que podía ser. Entonces
lo apagaba y borraba mis huellas (risas). .Él
me enseñó mis primeros acordes y me recomendaba la música que consideraba
fantástica. Rápidamente
desarrolle una buena mano derecha, una buena muñeca derecha.
Después la familia se trasladó a una pequeña localidad de New
Hampshire y quise entrar en una banda, pero la única grupode la ciudad en la
que me interesaba entrar no necesitaba ningún guitarrista más. Necesitaban un
bajista y dio la casualidad de que tenían un bajo.
Así que lo intente y así me enganché.
.Así que no empecé queriendo ser un bajista, quería ser un guitarrista
y fui canalizado hacia el bajo por necesidad. CB:
¿Cuando cogiste el bajo fue cuando empezó la pasión por el instrumento?
TOM: ¡Sí!
Escuche lo que el bajo hace por la música con esos graves que se pueden
sentir. Nunca me consideré como
alguien que se cambio de la guitarra al bajo, pensaba en mi mismo como un
guitarrita que tocaba el bajo. Según
pasaban los años, empecé a buscar un mayor conocimiento del bajo y recibí
lecciones de distintas personas. Siempre
siento la necesidad de conocer más teoría y más educación del oído y he
hecho un montón de educación del oído porque yo no tengo un buen oído por
naturaleza. Todo lo que he logrado
en este sentido, ha sido a base de obligarme a mí mismo.
Pero hay buenos materiales musicales y educativos por ahí – programas
realmente buenos para ordenador y programas en cinta de educación del oído que
se anuncian al final de las revistas de música y de guitarra. CB:
Yo compré el programa PERFECT PITCH (OÍDO ABSOLUTO) hace unos pocos años.
No funciona… TOM:
¡Es una tontería!
CB:
Es de lo peor.. TOM: ¡¡Es ridículo!!
Ese tipo solía anunciar un curso de educación del oido “Relative
Pitch” que me compré y era excelente. ¡Realmente estupendo!. TOM: ¡No bromees!
Obviamente se dio cuenta de que podía vender más programas haciendo
creer a la gente que podían conseguir con el programa un Oído Absoluto en
lugar de lo que la gente necesita, que es un Oído Relativo.
Es demasiado malo, por que el curso Relative Pitch era realmente
excelente. Meticuloso y detallado. Sin
embargo, hay por ahí cursos de educación del oído para ordenador
realmente fantásticos. Sólo tienes que encontrar el que mejor te funcione a ti. Nuestra conversación derivó rápida pero
brevemente a la ‘Maquinas malditas’ cuando alguien – o algo – interrumpió
la conexión marcando en la misma línea de teléfono.
Esto sucedió dos veces, separadas por varios segundos, y después oímos
un fuerte chirrido en la línea. CB:
Lo siento, Tom. Ya que hemos hablado de equipo, bueno, esto es mi TiVo
marcando automáticamente el
servidor para bajar programas. Resulta
que está en la misma línea de teléfono. TOM: (Risas) Oh, guau.
Tengo que conseguir uno como ése. Es
un juguete estupendo.
CB:
Tiene un manual muy denso. (me
burlé, pasando a la siguiente pregunta), Aerosmith ha disfrutado de una ilustre
carrera durante 30 años y recientemente ha sido incluida en el Rock and Roll
Hall of Fame, así que a estas alturas del
partido, ¿qué es lo que te incita todavía a tocar el instrumento?
TOM: Durante el transcurso
del último año, o año y medio, he experimentado esta reconexión total en mi
relación con la música. Estando
en una grupocomo ésta, tu instrumento es una faceta de lo que haces, pero
tienes que ser bueno en otro montón de cosas.
Como la estrategia para entrar en una grupoy ser miembro de ella.
En realidad nadie ha escrito un libro sobre cómo ser miembro de una.
Pero es algo que tienes que aprender si quieres hacerlo durante mucho
tiempo.
CB:
¿Podríamos definir a Aerosmith, en este punto de su carrera, más como
una empresa en la que los cinco formáis el equipo de dirección? TOM: No, realmente no.
Todavía somos el Departamento de I+D (investigación y desarrollo) CB:
Estupenda analogía, me encanta. TOM: Somos los únicos en
el escenario. Es fantástico estar
ahí arriba y darte cuenta en realidad de que todo aquello por lo que has pasado
grabando un álbum, en el que realmente intentaste superarte, en el que
realmente intentaste sacar algo nuevo de ti mismo, pero cuando estas en el
escenario tocando una actuación... eso es a lo que nos dedicamos realmente.
Es muy sencillo; salimos fuera y tocamos canciones.
Es nuestro ‘menú casero’. CB:
¿Así que con toda la estrategia comercial, sólo estar en el escenario
resulta una catarsis tocar para 20,000 fans que os apoyado durante tanto tiempo? TOM: En cierto modo es como
ir a la iglesia. Estás en esa sala
con 20.000 personas, que han ido todas a lo mismo.
Cuando se reúne a tanta gente en un sitio, sucede algo que va más allá
y está por encima de la experiencia humana normal. Puede derivar en algo negativo y convertirse en un tumulto o
volverse positivo y ser una experiencia trascendente para todos. CB:
Es curiosa la forma en que la ‘mentalidad de las masas’ puede variar
de absolutamente terrible a absolutamente espiritual y reveladora. TOM: En cualquier caso es
intensa. Cuando pienso en esa gente,
que han tenido que echar gasolina en sus coches, conducir la distancia hasta el
concierto, aparcar, andar, entrar en el estadio, encontrar sus asientos... ir a
un concierto supone un gran esfuerzo. La
gente hace un esfuerzo increíble para vernos tocar en directo. Tenemos esas luces
llamada Mole Lights que usamos para iluminar al público. Al cabo de los años,
estas luces han llegado a ser más potentes y ahora las montamos en el fondo del
estadio, así que cuando se enciende todo el público queda iluminado a la vez.
Y es como mirar un océano... es un ejercicio de humildad.
Cuando sucede esto, me doy cuenta que se avecina algo mayor.
Algo que no pertenece a la grupo ni a la audiencia.
Sentir la presencia de esa energía, cualquiera que sea, es lo que a mí
me importa. Es extremadamente
gratificante. Guando tenemos que
tocar en esos anfiteatros al aire libre, en mitad del campo con una carretera de
entrada y otra de salida, tenemos que llegar al aeropuerto y tenemos que
marcharnos inmediatamente después del show.
A estos shows les llaman ‘de carreras’.
Así pues, pasamos de estar en el escenario, directamente a los coches,
conduciendo por una carretera comarcal aproximadamente en un minuto.
Es todo muy repentino. Pasa
media hora yendo hacia el aeropuerto por una carretera comarcal en mitad de la
noche con la luna en el cielo y es entonces cuando tienes tiempo de pensar. CB:
Entiendo
por qué un montón de bandas tienen que ‘saltar’ del escenario a los coches...
¡si no lo hicieran se quedarían atrapados en medio del tráfico hasta las 3
a.m.! TOM: Como norma, detesto
dejar un show de ese modo. Me gusta
salir del escenario y verme en ese mundo con la grupo y el personal... nuestro
personal es como la mejor elite de los Boinas Verdes.
Son muy buenos y me gusta estar en el escenario cuando bajan el puente de
luces y cuando lo tienen todo a medio desmontar y decirles ‘hola’. CB:
¿Es por pura satisfacción o por agradecimiento a los fans?
¿Aquellos los suficientemente afortunados para llegar a los camerinos a
hacerte la pelota por un ratito? TOM: (Risas).
¡Lo hago! Empezamos a hacer
‘meet and greets’ (reunirse con los fans) a mediados de los 80. CB:
Es asombroso cuantos músicos en realidad no quieren tener nada que ver
con los fans. Al estilo de
‘dejadme actuar y dejadme que me vaya de aquí tan pronto como se apaguen las
luces’. TOM: Sí, lo sé.
Estoy en contra de eso. Creo
que realmente se pierden algo. Cuando
entras en el juego de los “meet and geets’, se convierte en algo realmente
te aporta mucha energía ver a toda
esa gente, los fans. Entras en la
habitación y todas estas personas están nerviosas porque están a punto de
conocer a la banda. Su entusiasmo por el grupo se muestra y lo sientes cuando
estás dentro de la habitación o cerca de ella firmando autógrafos, entonces
llevas toda esa energía al escenario. CB:
Debe ser muy gratificante que un extraño te diga, ‘vuestra música me
emociona; os he seguido desde le principio, etc. TOM: Muchas veces si estoy
escuchando una canción que siempre me ha gustado y es la adecuada para como me siento en ese momento, creo que me
gustaría decirle a ese intérprete,
esa es una gran canción, gracias. La
gente tiene la necesidad de hacer esto y... es extraño. Tienes que aprender como recibir estos cumplidos, porque
puedes tener la sensación de que solo estabas a un 80% de lo que hubieras
necesitado cuando grabaste esa canción en concreto y entonces conoces a alguien
que te dice que estabas al 110%. Es
como un tiro en un brazo. Antes de
un show te pone de mejor humor para salir al escenario y superar no solo tus
expectativas, sino las expectativas de los fans. CB:
En cuanto a escribir un libro sobre formar parte de una banda, ¿esto es
algo que podríamos esperar que tu hicieras? TOM: Creo que es algo que
se aplica a un montón de cosas además de estar en una banda.
Todo el mundo tiene un grupo de gente al que ve a diario, como son las
personas con las que trabajan que son estupendas e interesantes y también tiene
a otras personas que solo se dedican, básicamente, a perseguir sus ambiciones.
Me gustaría escribir acerca de un montón de aspectos de los músicos sobre los
que nunca se ha escrito, como llevarse bien... quizá debería empezar a tomar
notas... (Risas.)
Escribo una columna para
www.Aerosmith.com, Creo que pronto escribiré sobre esos asuntos.
CB:
En cuanto a tu relación con los otros chicos de Aerosmith, no es como si
la banda no hubiera pasado por esos altibajos, ¿cómo eran las cosas en esos
viejos tiempos? Las cosas parecen
ser muy duras. ¿Cómo es la vida
en el departamento de I+D? TOM: Es fantástica.
Cuando estás de gira, empiezas a relajarte.
No es como hacer una grabación donde tienes que sacar el material de la
nada. Todo está escrito, en
realidad sólo tienes que salir hay fuera y hacerle justicia a la música. Las relaciones dentro de la grupo son muy intensas, no
obstante, es como si cogieras todas
las emociones y relaciones y las
pasaras por un compresor. (Risas). CB:
Así que, cuando estás de gira, si empezáis una discusión, siempre podéis
decir, ‘tranquilos chicos, dentro de poco estaremos en la iglesia’. TOM: (Risas.)
Sí, claro…
CB:
Así pues, ¿dónde prefieres estar como músico?
¿En el estudio, en el escenario o es un 50/50? TOM:
Tengo que decir que es
un 50/50, lo que en realidad no sea una respuesta muy útil.
Te diría que hacer una grabación es emocionalmente muy intenso, y a
veces es demasiado intenso. Pero
hay algo extraordinario respecto a entrar en el estudio y poner a grabar las máquinas. Realmente puedes ponerte a prueba de este modo.
Y, a veces, es temible. Porque
te sientes como si todo el mundo en la habitación te estuviera probando al
mismo tiempo. CB:
¿Después de todos estos años te sientes vulnerable? TOM: ¡Sí!
Es una sensación de gran vulnerabilidad.
Quieres hacer justicia a la canción y mostrar respeto a quién la
escribió, pero al mismo tiempo quieres expresarte a ti mismo.
Tienes que encontrar tu camino dentro de esas proporciones. Creo que esto
le pasa a mucha gente dentro de las bandas; quizá uno de los otros chicos
escriba una canción y entonces otro miembro de la grupo piense, ‘vale, ahora
es el momento para poner cualquier cosa que yo quiera en la canción’.
Hay un límite para esto, sobre todo si eres un bajista.
Tienes cosas más importantes de las que ocuparte. Durante toda mi vida, en mi interpretación,
he tenido tendencia a en lugar de simplemente quedarme en lo más sencillo,
obsesionarme con todas las funciones creativas
que se suponía que debía desempeña, la armonía, la teoría y la melodía
en el bajo. En realidad,... a vedes
sólo necesitas poner en marcha el metrónomo y tocar el ritmo sobre una sola
nota. El bajo es en realidad la
‘mitad de un batería’ y, entre los dos, la sección de ritmo es responsable
del 50% del estilo de la banda. CB:
Entonces, ¿Cuánto de lo que creas para tus partes de bajo o tu
contribución a la canción surge de la espontaneidad, cuánto de debe a tu
obsesión y a darle vueltas y cuánto es simple recomendación de Joe (Perry),
Brad (Whitford), Steven (Tyler) o Joey (Kramer)?
¿Hay un denominador común? ¿Magia
Musical frente a estrategias y apuntes sobre qué es mejor para la canción y el
autor? TOM: Trabajar en todos esos
detalles es lo primero. Generalmente,
cuantas más cosas tengo seguras, más improviso o simplemente toco sin darle
vueltas a la cabeza en el estudio. Steven
(Tyler) tiene una frase estupenda, ‘Aprenderse un arreglo y aprendérselo tan
condenadamente bien, que puedas llegar y cagarte en él, de modo que el joderlo
desemboque en la cruda genialidad del momento’ Pero primero, hay que hacer lo
fundamental. A veces es una auténtica liberación darse cuenta que lo que
necesitas es hacerte con el groove de esa parte en lugar de todas esas cosas que
se le ponen encima. CB:
¿Conseguir la emoción y después desarrollar los mecanismos y detalles
de esa parte? TOM: ¡Sí! Y he tenido una
especie de revelación en cuanto a mi ejecución. Estuve ejercitándome y ensayando tanto en mi estudio para
este último álbum que me lesioné el codo derecho.
Demasiado tiempo sentado ejercitándome, encorvado encima del bajo,
mirando al diapasón con mi brazo derecho doblado en un ángulo agudo.
Acabé desarrollando un codo de tensita en mi brazo derecho, y eso que yo
juego al tenis con la izquierda. CB:
Sé que Stu Hamm y Billy Sheehan, entre otros conocidos bajistas, han
acabado teniendo problemas en sus hombros por estar demasiado tiempo de pie con
el bajo colgado, tienen problemas en los codos y, por supuesto, en las muñecas
como el Síndrome del Tunel Carpiano, como consecuencia de excederse con el slap
& pop. Esencialmente, los problemas se deben a practicar en exceso. TOM: Exacto.
Tuve que ir al medico y seguir una terapia física y todo esto en el
contexto de tener que grabar estas canciones.
De pronto fui consciente de cuanta fuerza hacia al tocar con mi mano
derecha. Y después me di cuenta de
que toda mi maldita vida había pensado en mi mano derecha como la solución
para tocar un groove. Había
minusvalorado completamente la necesidad de concentrarme en mi mano izquierda.
Así que ahí estaba yo, en una situación en la que no tenía otro
remedio que tocar extremadamente suave con mi mano derecha.
Lo que esto hizo fue demostrarme cuanto trabajo tenía que
hacer con mi mano izquierda y cuanto empeño tenía que poner en ello.
Una vez que empecé a hacer esto, descubrí que mi ejecución avanzaba más
rápidamente que antes. Me di cuenta de que, Dios mío, en todos esos grooves y
ritmos que yo había dado por aprendidos, que sabia cómo tocar y los tocaba
bien y... maldita sea, en algunos de estos grooves había trabajado con mi mano
izquierda y después de algún modo me fui abandonando en eso para acabar
forzando las notas con mi mano derecha. Así
que ahora estoy totalmente centrado en mi mano izquierda y es asombroso como se
ha despejado la situación para mí. Eh,
espera un momento, tengo que ir al servicio. Tom dejó el teléfono y después de que oyera la
cisterna del servicio hubo una prolongada espera de unos dos minutos antes de
que cogiera el teléfono para resumir la conversación. TOM: Perdona, me he tomado
un minuto para hacerme un sandwich. CB:
No importa. ¿Te has lavado
las manos? TOM: (Riéndose.)
Si, mama.. CB:
Espero que no hayas salpicado el asiento otra vez, diablos. TOM: (Risas.)
No estarías mirando?. Ya
sabes, el servicio de mi habitación tiene algún dispositivo extraño.
.Una tobera o algo parecido... (Pensé, ahí viene más ‘Charla sobre Maquinitas’,
puedo notarlo,,, pregunte.) CB:
¿Estás seguro de que
no has orinado en el bidet? (Nota del autor: el diccionario Webster define
Bidet como, bi·det (b-d), nombre,
Francés. Un aditamento similar en
diseño a un retrete en el que hay que sentarse a horcajadas para lavarse los
genitales y las partes traseras.) TOM: Hmmm… No, pero eso
es lo que es... es, uh... En Japón
tienen esos retretes que tienen esos atomizadores incorporados dentro.
Es un pequeño artilugio mecánico con el que aprietas un botón y te
encuentras sentado encima de la Old Faithful. CB:
¿Así pues, en Japón, los retretes tienen incorporada la función de
bidet? TOM: Sí.
Durante todos estos años yendo a Japón, me he dado cuenta de que somos
muy diferentes. CB:
Bueno,,
somos un par de Colgados de la Maquinitas, así que eso en realidad debería
encantarnos. TOM: (Riéndose.)
Como si no fuera suficiente aprender a manejar mi equipo, ¡¿ahora debo
re-aprender el proceso de usar el retrete?! CB:
Mi identificador de llamadas me
dice que estas llamando desde un Ritz-Carlton, así que probablemente tengas en
tu habitación la tecnología de fontanería más avanzada del planeta. TOM: Esta tecnología esta
disponible aquí en USA, por fín... después de todos estos años.
(Irónicamente.) Tan sólo quisiera poder dedicar más tiempo a apreciarla... (Iba a sugerir que eso supondría dedicar más
tiempo al manual, pero en lugar de eso pregunté... ) CB:
Volviendo al tema de las manos izquierda y derecha, hace poco asistí a
un clinic con Gary Willis de Tribal Tech. TOM: Oh. Dios mío, ese
tipo es asombroso, es espeluznante. CB:
Gary tiene una asombrosa técnica de ejecución, que combinado con su
volumen de escenario que, según lo que le dijo a la clase, es muy alto, pulsa
las cuerdas muy suavemente con los tres primeros dedos de su mano derecha.
Hay una pieza de madera fijada al cuerpo del instrumente directamente
debajo de donde los dedos tocan las cuerdas, de modo que después de pulsarlas,
la punta del dedo toca la madera y este diseño permite un ataque de mano
derecha muy rápido. TOM: Tengo unos cuantos CDs
de Tribal Tech. CB:
Gary podría ser un increíble ejemplo de intérprete en cuanto a
desarrollar y mejorar tu técnica en ambas manos.
No se me ocurre un bajista mejor en el mundo para ayudarte a lograr lo
que quieres desarrollando esta nueva técnica de interpretación. (Nota del Autor: visita
http://www.garywillis.com/ en
busca de lecciones, MP3s, QuickTime
Video, etc.) TOM: Recibí un par de
lecciones de Gary hará unos diez años. Fui
a verle tocar un par de veces y pensé, este tipo es un cirujano y yo soy un
maldito carnicero. Hmmm…
Tengo que mandarle un ‘Hola’ por e-mail. Bueno, esta nueva técnica ha abierto nuevos circuitos de
creatividad que son una novedad para mí y ahora tocar el bajo con Aerosmith es
una auténtica bomba. CB:
¿Qué proyectos tienes fuera de Aerosmith?
Cuando no estais grabando o de gira, ¿cuánto tiempo dedicas al
instrumento, o estas siempre practicando, tocando o grabando?
¿Nunca lo has apartado todo y has dicho, no quiero ver el interior de un
estudio ni nada que tenga cuatro o cinco cuerdas durante unos cuantos meses? TOM: Puedo decir
sinceramente que no hubo un segundo antes del último álbum en el que no
estuviera pensando en la música o inmerso en ella.
Si quieres dedicarte a algo como la música y hacerlo bien, no puedes
hacerlo sólo durante algunas horas al día y luego hacer alguna otra cosa.
Tienes que estar tan absolutamente obsesionado que no puedas dejar de
pensar ello. Esto tiene sus consecuencias y en mi caso estoy en un estado
de búsqueda constante para mejorar
mi interpretación. En consecuencia,
no estoy al 100% para mi familia o el resto de mi vida, todas esas cosa que me
encanta hacer. Así que no sé cuál
es la solución a esto. Es como con
los escritores. Si eres un escritor
y eres inquieto, siempre estás
escribiendo tengas o no una pluma en la mano.
Con la música pasa lo mismo. Por
ejemplo, puedo estar en mi estudio durante cuatro o cinco horas y de repente
darme cuenta que, guau, he estado sentado solo en esa habitación tocando la
misma canción durante cinco horas. Ésta
es la locura de la que se habla cuando se
describe la vida del artista. Tiene
todos los síntomas de ser insano – te aíslas, te obsesionas, te vuelves
compulsivo, y repites los mismos movimientos una y otra vez.
Soy consciente de la disfunción que implica, pero
también de es absolutamente necesario.
Si quieres obligarte a mejorar, tienes que estar un poco loco.
CB:
¿Ser un poco obsesivo-compulsivo? TOM: Sí, pero tienes que
tener cuidado de no caer en la auténtica locura, el verdadero Síndrome
Obsesivo Compulsivo, de modo que cuando por fin salgas de tu estudio, no estés
totalmente desquiciado. CB:
Puesto que Aerosmith existe desde hace 30 años, ¿no estás harto de
tocar ciertas canciones después de tanto tiempo?
Por ejemplo, ¿nunca has dicho, si tengo que tocar otra vez ‘Dream
On’ voy a vomitar? ¿Reconstruyes y reinventas las líneas debajo de los
trabajos anteriores para que la canción siga siendo interesante o has llegado a
un punto en el que puedas decir sinceramente ‘ la parte del bajo y mi
contribución a la canción son todo lo buenas que pueden ser’? TOM: Es cosa de cada noche.
Cuando estoy en el escenario, básicamente estoy tocando las mismas cosas
en cada canción. De lo que sí me he dado cuenta es cómo relleno los espacios
en donde puedo improvisar. Estos
van un paso por delante de cómo han sido siempre..
Cuando toco ‘Dream On’, el estribillo tiene una parte de bajo muy
sencilla, así que puedo improvisar sobre octavas y en la medida en que añado
una improvisación con buen gusto y aumenta el sentimiento a la canción, todo
ello se sumará. En ‘Same Old Song
and Dance’, hago un ‘cuasi-solo’ al final de la canción y veo cuanto ha
progresado con la nueva conciencia de mi mano izquierda.
Lo más importante es que hay un público distinto cada noche.
Es una parte del negocio que está más allá del qué estas tocando.
Tiene que ver con la comunicación que estableces con el público. Cuando empiezas una nueva canción que sabes que quieren oír,
el gesto de alegría en sus caras... es como una conversación.
Es como tener la misma conversación con un colectivo diferente cada
noche, siempre se renueva. Hay algunas canciones de las que necesitamos descansar un
tiempo. ‘Dude Looks Like a
Lady’, si piensas en la letra, es una tontería.
Pero el groove es impresionante y el público se vuelve loco cuando la
tocamos. Hemos intentado ser
arriesgados y no tocarla, y aun así tocar lo que sabemos que al público le va
a encantar y tocar algunas cosas que todavía no han oído.
La canción ‘Angel’s Eye’ de la banda sonora de Los Angeles de
Charlie es una gran canción de hard rock, pero muy pocos entre nuestro publico
la han oído nunca o le han prestado verdadera atención.
Así que, en lugar de cantar con nosotros o sonreír porque conocen la
canción, escuchan, bailan, pero en general la analizan y tratan de descubrir
que es esa cosa nueva que toca la banda. Tienes que estar ahí para eso, y no
hay problema, porque sabes que la próxima canción les va a encantar. CB:
Tengo la impresión de que tienes un estudio personal bastante elaborado. TOM: Te cuento, mi estudio
esta fuera en el patio trasero y cuando vuelvo paseando de allí a casa, me
siento como si huyera de la escena del crimen. Tengo una sensación fantástica
cuando voy a mi estudio, para mí es realmente un santuario. No es muy pequeño, pero es un estudio pequeño con una gran
consola analógica Mackie 32/8 en mitad de la sala y probablemente no sé ni la
décima parte de las cosas que podría hacer.
Tengo un ProTools y solo conozco una quinta parte, hum, quizá una octava
parte de él, así como algún equipo externo, unas guitarras y bajos
impresionantes y un teclado fantástico. Está
todo a mi alrededor y me siento completamente conectado a mi imaginación.
Llego a bloquearme completamente en las cuestiones técnicas.
Imaginar como funciona toda esa tecnóloga no es uno de mis puntos
fuertes. Tengo otros puntos fuertes,
pero me resulta difícil hacer que todos los aparatos funciones y se entienda
los unos con los otros. CB: Tocar la guitarra es
muy biológico y táctil. Tocas el
instrumento y suena. ¿La tecnología
se ha vuelto un obstáculo para el proceso creativo? TOM: Lo es, a menos que sepas como usarla correctamente y entonces es
justo lo contrario. Una herramienta
como el ProTools puede liberar un montón de creatividad. Pero tienes que saber como hacer que unas cosas funcionen con
otras. Si quiero escribir una parte
sencilla de batería MIDI y puedo sentarme y concentrarme en ese material
durante horas y no lograr que ese equipo se entienda con el resto.
En cierto modo creo que estamos en una burda Primera Guerra Mundial de la
tecnología, ya que no toda es fácil de manejar, no lo suficientemente fácil.
No existe un estándar industrial para todo este equipo que precisa que cada
nuevo elemento de tecnóloga funcione con los demás.
Cuando tienes un problema y llamas al servicio técnico, lo primero que
hará el servicio técnico es decirte que llames al departamento de servicio técnico
de los otros elementos del equipo porque el problema está ahí.
Es un circulo vicioso. Algún
día esto no pasará y recordaremos estos tiempos como la era en la que
realmente nadie sabía todavía lo que este equipo podía hacer.
Estoy impaciente por que llegue ese día. En general, está mejorando, pero la mayor parte de esta tecnología todavía es muy difícil de utilizar de forma conjunta y de pronto se me ocurre algo que no quiero olvidar, pero para cuando todo está conectado y en marcha ya he olvidado lo fundamental de lo que estaba haciendo. MI respuesta es volver a lo que solía hacer hace 25 años, Cuando tenía cerca un pequeño Pearlcorder o un Boom Box y solo tenía que apretar la tecla de grabación. Tendrían que volver a llevar la tecnología al nivel de simplicidad del Boom Box. CB:
El último disco de Aerosmith, ‘Just Push Play’, fue grabado y
mezclado en el estudio de Joe Perry. TOM: Mezclado, pero no
masterizado. Grabamos casi todo el
disco en casa de Joe, excepto algunas baterías. CB:
Cuando grabas en casa, ¿llevas después esas pistas a las sesiones de
Aerosmith y se vuelca el trabajo que has hecho en tu estudio directamente en el
disco de Aerosmith? TOM: Nada de eso.
Teóricamente, podría haber grabado mis partes de bajo en mi estudio y
llevar un disco duro de material y pistas a casa de Joe, pero todavía no soy lo
suficientemente bueno como ingeniero como para poder hacer esto mejor que los
chicos que han trabajado en el disco. De
acuerdo, el disco se grabó en el estudio casero de Joe, pero teníamos a los
ingenieros y expertos adecuados trabajando para nosotros.
Aun no he llegado al punto en el que le material que pueda grabar en mi
estudio tenga el potencial de lo que puedo conseguir en el estudio de Joe. Pero cada vez estoy más cerca.
En este disco no aparece ninguna composición mía, pero he escrito y
grabado un montón. Posiblemente
porque muchas de ellas no están en
la línea del típico estilo Aerosmith, pero el material que he grabado suena
muy bien. Mi problema es la mezcla.
No sé mezclar. Puedo añadir reverb a la pista o subir el bajo hasta donde
quiero en comparación con la caja, etc., pero es en los detalles reales de
saber cómo mezclar y arreglar el material en planos sonoros y gamas de
frecuencias en lo que necesito trabajar. Le
he dado unas ideas básicas de canciones que tenía a un amigo mío para que las
edite y las mezcle, y estoy esperando a ver qué sale de eso. Sin duda estoy haciendo un acopio de material propio que,
espero, algún día saldrá a la luz. CB:
Así que tener tu propio estudio, ha dinamizado el proceso cuando los
cinco miembros de Aerosmith os habéis metido en el estudio a grabar un disco? TOM: Así lo creo.
No necesariamente debido a la tecnología, sino porque estás mejor
preparado. Lo seguro que te sientas determina lo que puedes hacer con esos pequeños
espacios en los que te puedes permitir brillar. CB:
¿Tienes un ingeniero que te ayude en es estudio de tu casa? TOM: No, lo hago todo yo
mismo. En realidad tenemos a un
tipo que es un asesor de preproducción. Es
uno de esos chicos que tienen la ‘impredictibilidad del rayo’.
Es fantástico en la batería, la guitarra y el piano, ya se conoce el
ProTools y nos ha ayudado a Joey y a mí a preparar las partes de bajo y batería.
Durante el proceso de escritura, Steven y Joe, Marty Fredrickson y Mark
Hudson grabaron según componían. Fueron
estas pequeñas maquetas suyas las que nos mandaron al resto de nosotros, de
forma que pudiéramos preparar nuestras tomas.
Fue fantástico. Paul estuvo
presente, manejó el ProTools y me ayudó a grabar mis ensayos de modo que
pudiera oír lo que había hecho bien y
lo que había hecho mal. No sólo
fue capaz de manejar el Protools por mí, también fue capaz de hacerme
sugerencias que esencialmente eran atajos para hacer que todo fuera bien.
Es importante encontrar un mentor, un profesor o un gurú, o como quieras
referirte a esas personas. No
necesariamente te enseñan a manejar el material que no consigues aprender tu
solo, pero acortan el proceso, te revelan y señalan cosas que tu puedes tardar
en ver seis meses o seis años. Recomiendo
a cualquiera que esté tocando un instrumento encontrar a alguien que sea un gurú.
Yo dejaría de llamarlo ‘ recibir lecciones’.
Pienso que muchos profesores te fuerzan a un cierto modo de hacer las
cosas que tu no quieres – un profesor a veces hace eso.
Uno quiere un profesor que mire lo que haces, vea que tienes la capacidad
de ir en la dirección correcta y después te muestre cómo encontrarla por ti
mismo. CB:
Sé por donde vas. En la época en la que empecé a tocar desde los nueve años
hasta los diecinueve, recibí lecciones de seis profesores y aun me siento
estafado, me sentía como si no pudiera aprender nada.
Entonces me senté con un amigo que era un bajista muy dotado y uno de
los grandes músicos de mi entorno, y en una hora me enseñó más de lo que
pudieron inculcarme seis profesores a lo largo de nueve años. Siempre he
encontrado que hay muchos profesores que no te inspiran, solo intentan meterte
cosas aburridas en la cabeza. Los
profesores de música con los que me he topado siempre son el tipo de personas
que, si les preguntas qué hora es, ¡te dicen que tienes que construirte un
reloj! TOM: Exactamente.
Para completar esta idea, ¿sabes que cuando vas al doctor le puedes
hacer toda clase de preguntas embarazosas que nunca le harías ni a tu mejor
amigo? Te desnudas delante del
doctor. Así que, con quien sea que aceptes como mentor o gurú, tienes que ser
capaz de bajar tus defensas y tienes simplemente que dejarte ser tú mismo en el
momento es que estas con tu instrumento. No
tienes que preocuparte de impresionar a nadie ni avergonzarte de tus capacidades.
Tienes dejar que ese mentor sea el doctor. Si tienes unas hemorroides
musicales él puede ayudarte a solucionarlas. CB:
Así pues, con todas tus canciones amontonadas y esperando ver la luz del
día, ¿puedes anticiparnos algún proyecto fuera de Aerosmith? TOM: Estamos completamente
saturados con conseguir que lo que estamos haciendo vaya bien y es divertido.
Habrá algún momento, después de esta gira o cuando sea, en el que
podamos dedicar nuestra atención a otra cosa. Ahora, está al 100% en Aerosmith. CB:
¿Esta gira dura hasta finales del 2001? TOM: Tenemos compromisos
hasta finales del 2001, más tarde vamos a Japón en Enero del 2002 y
luego decidiremos que queremos hacer después de eso.
Podemos tomarnos un par de meses de descanso o podemos volver atrás y
seguir la gira después de Japón. CB:
En
conclusión, ¿crees que Aerosmith seguirá fortaleciéndose dentro de
cinco o diez años o llegará un punto en el que estéis de acuerdo en
que es hora de retirarse para no convertiros un una parodia de las actuaciones
de Elvis Presley en los clubs nocturnos de las Vegas? TOM: Hmmm… en un periodo
de cinco años, estoy seguro que mientras – Dios lo quiera – estemos todos
sanos y no recaigamos en ninguno de los comportamientos autodestructivos del
pasado, probablemente haremos giras, quizá giras de verano, pero probablemente
no haremos giras de dos años. He
reflexionado sobre ello y es casi como si este grupo no pudiera separase aunque
quisiera. Pero la otra cara de la
moneda es que podemos separarnos esta noche.
Siempre puede aparecer la volubilidad y siempre puede haber algo que haga
que uno de nosotros se vaya a casa y de un portazo.
El problema es que el teléfono seguiría sonando.
Sería alguien diciendo, ¡queremos que vengáis a hacer una actuación a
Tailandia’. ¿Qué le vas a decir?
No tengo que reordenar mi cajón de calcetines.
Para conseguir las fechas de la gira de y noticias
desde la carretera, escritas por Tom Hamilton, visita
http://www.aerosmith.com/ con
frecuencia.
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