Global Bass Online                                                                    December 2001

Home Up Outline Dec. 2001 Contents Search Classifieds Discuss this issue

Saturnino Celani in Spanish

 

Up
GB Central
GB Search
GB Archives
Advertise

por Alessandro Arcuri

traducción de Sebastián Caffini

 

Ser el bajista de un ídolo de los adolescentes como Lorenzo “Jovanotti” Cherubini, con una producción que abarca desde hip hop hasta la world music, ¿significa necesariamente que siempre tienes que acatar las decisiones del líder? A juzgar por la carrera de Saturnino (nacido Saturnino Celani) uno diría que no; de hecho su capacidad para poner su contribución personal en todo lo que hace le valió colaborar con un gran compositor como Franco Battiato, con promisorios compositores como Pippo Pollina, así como en varios lanzamientos con su propio nombre. Y siempre sin perder su identidad musical, lo que no es poca cosa... 

Desde los primeros discos de Jovanotti ha habido una “emersión” de la imagen del bajista, entre los muchachos jóvenes, aquí en Italia. ¿Crees que ha sucedido como parte de una cadena cíclica de eventos, que ve en primer lugar al cantante al frente, luego al guitarrista, y así sucesivamente, o crees que es debido a la combinación de tu carisma con la persona de Jovanotti? 

SC: Ha sido una coincidencia afortunada, creo, porque me encontré en una situación musical dominada el bajo y la batería, en un contexto más rítmico que melódico, de modo que fue un empujón hacia delante natural, de puro volumen. El instrumento en sí mismo estaba muy presente y muy al frente, especialmente en los discos, más que en las situaciones en vivo (porque el problema está especialmente en las grabaciones). Cuando no puedes escuchar bien un instrumento no puedes identificarlo claramente, ¿o sí? Así que en lugar de tener un guitarrista como socio, esta vez fue el turno del bajista. Eso llevó a la emersión, entre muchos otros grandes músicos extranjeros, del rol de bajista aquí en Italia. 

De modo que fue a causa del acto ganchero de Jovanotti y su música en sí misma, que destacaba tan bien tu bajo. 

SC: Seguro, de hecho tuve otras experiencias antes, y aunque las grabaciones fueran divertidas, durante la mezcla era un desastre. Con Lorenzo, sin embargo, mezclar el bajo y la batería era, y sigue siendo, siempre un placer. 

Considerando que a menudo ves músicos agrandados por líderes de bandas que les dan mucho espacio, ¿no puede ser riesgoso que hoy día los muchachos jóvenes tiendan a seguir sólo a los ídolos super expuestos del top ten? O a la inversa, ¿notas que hay un interés por el pasado y por la “vieja escuela”, quizás entre tus estudiantes? 

SC: ¡Considera que no tengo alumnos! He dado algunos seminarios porque me gusta hablarle a mucha gente a la vez; enseñar personalizadamente es algo que considero muy difícil, es muy complejo y es una responsabilidad muy grande porque estás diciendo y dando algo a alguien que cuelga de tu boca. Así que no es algo que me guste hacer, pero tengo bastante correspondencia en el e-mail con gente que toca y me pide consejos ...y muchos bajistas me ayudaron para esto, también. Los grupos que escuchas hoy, como los Red Hot Chili Peppers con Flea, hicieron una gran contribución para que el bajo sea audible de todos modos. 

¿Quieres decir, sin necesidad de oír, por ejemplo, una suite de 25 minutos de Rush (sin dejar de reconocer a Geddy Lee), que es algo quizás para oyentes más acostumbrados? 

SC: Bueno, ese es un nombre que lleva a un tipo de música que es fácil de escuchar, de todos modos; si tomas, por ejemplo, un disco de Victor Wooten & Steve Bailey ...quiero decir, si un chico de dieciséis años quiere empezar con el bajo y quizás demostrarle sus sentimientos a una chica, y le hace escuchar ese tipo de cosas, ella probablemente le dirá “chico, tienes un problema”. Mientras que si le hace escuchar un tema de Red Hot Chili Peppers, hay magia entre ellos. Te doy el ejemplo de los Red Hot Chili Peppers, pero para mí lo primero de Level 42 también ha sido muy importante. 

¡Eran geniales! Estudié algunas canciones suyas en algunos charts que encontré en la Red; a veces algunos bajistas tienden a ser olvidados ...y hablando de los bajistas de hoy, mencionaste a Flea, ¿y a quién más? 

SC: Entre los más recientes está Me’Shell N’degè Ocello que realmente me gusta un montón, pero como te dije, me gusta la forma en que hace encajar una línea de bajo dentro de la estructura de una canción. También está Tony Levin, que es un bajista tanto del pasado como del presente. Hay algunas personalidades musicales que básicamente no tienen época. Por ejemplo está este señor desconocido que tocó en la banda de sonido de “Hair”, ¡que es de temer! 

¿No sabes su nombre? 

SC: No, lo leí una vez en la cubierta del disco, pero no lo recuerdo ...habrá sido alguno de la orquesta, ¡es sorprendente! 

Es bueno saberlo... tengo que anotármelo... 

SC: Si escuchas detenidamente “Aquarius” es realmente impresionante, y te das cuenta de que no está leyendo una parte escrita sino que sólo está tocando los cambios, te das cuenta por las cosas que hace ...¡realmente increíble! 

Ya que hablaste del rol del bajo, una vez leí que no quisieras ser considerado un sesionista, o convertirte en uno. 

SC: Bueno, no es una categoría, quiero decir, yo considero la música, como cualquier otro arte, un privilegio enorme... casi una maldición y un don al mismo tiempo; quería ser bajista desde que tengo catorce años, y me ha ido bien, porque estoy tocando, hago discos, hago giras, y por lo tanto estoy en la cima, ¿lo ves? Trabajar con otra gente, sin embargo, es algo que quisiera ser capaz de elegir; quiero conocer su música y quiero conocerlos y respetarlos como artistas. Afortunadamente siempre hay trabajo que llego a hacer, recibo por lo menos una oferta por mes, ya sea para grabar discos o para salir de gira, y sabes que aquí en Italia una gira no dura mucho, usualmente es dura unos dos meses y medio. No es como las giras mundiales que te tienen en la ruta por un par de años.

También hay cosas a las que digo “no gracias”, simplemente porque me puedo dar ese lujo. Es como cualquier otro trabajo ...con una gira de tres meses te vas a casa con una buena suma de dinero, y si ese es tu ingreso, es importante que lo hagas. Hasta que tenga la libertad de elegir hacer lo que me gusta y me haga vivir bien, no veo por qué no debería hacerlo. 

Seguro, en lugar de aceptar cualquier cosa que aparezca sólo porque lo necesitas. 

SC: Sí, por ejemplo alguien que toca en la orquesta del show de Paolo Limiti gana mucho dinero. Depende de ti ...si te gusta hacer eso ...siempre es mejor que un trabajo que te agota, ¿no? 

Sí ...y exactamente porque quieres conocer y respetar, no sólo personalmente sino también artísticamente, a la gente con la que tocas, también te permites ser más personal en tu enfoque del instrumento, en lugar de ser un mero ejecutor. De hecho cuando me compré el CD de Pippo Pollina “Rossocuore”, y vi tu nombre entre los bajistas (aunque no se detallaba quién había tocado en cada tema), inmediatamente tuve la sensación de que eras tú en “Finnegan’s Wake”. Pippo luego me lo confirmó ¿Eso significa que tu sonido y tu rol son tan fáciles de reconocer como consecuencia de trabajar tan cercano al artista? 

SC: Bueno, sabes, después de todo un artista tiene que saber qué pedir y cómo hacerte encajar. Creo que el rol del artista (que tiene una responsabilidad enorme porque es quien se expone) es actuar como un director, y entender para qué rol cada músico está mejor preparado, y dónde ubicarlo, así como al productor también. Tienes que saber dónde ubicarme de antemano ...me conoces, me viste tocar, me escuchaste en grabaciones, y de tal forma sabes cuál puede ser mi contribución. Cuando me llamas, si yo no te conozco te pediré que me hagas escuchar tu trabajo. En el caso de Pippo Pollina, Franco Battiato fue crucial, porque Pippo ya me había informado, por fax, que iba a grabar un dueto con Battiato y otro con Nada. Yo ya había trabajado con Franco, así que lo llamé inclusive antes de escuchar las canciones, preguntándole por Pippo y me dijo “creo que es un buen compositor y en mi opinión valdrá la pena”. Luego cuando llegué al estudio fue un placer trabajar. 

Seguimos hablando de tu inmersión total en la música que te piden tocar cada vez (por oposición personal a entregar una simple performance impersonal), ¿cómo sucede ello? 

SC: Por ejemplo, con Franco Battiato entramos al estudio con demos muy completos, que además le había dado a cada uno de los otros músicos por adelantado; luego cuando nos encontramos en el estudio en París simplemente tocamos los temas como estaban tocados en los demos de preproducción, tratando de embellecer el sonido. Obviamente hubo algunas intervenciones, a veces, pero en este caso el carisma del compositor era tan grande que trabajar con él es realmente un placer, como leer un guión. 

¿Quieres decir que puedes agregar algo tuyo, pero que la música es casi perfecta? 

SC: La percibes como que ya está completa. Por ejemplo había una canción muy delicada llamada “La cura”, y cuando conecté el fretless de seis cuerdas, que pensé que podía funcionar, todo el mundo dijo “¡ah, ese sonido es impresionante, grabemos con eso!”. Luego sólo tuve que seguir la melodía, que de todos modos era muy fuerte. Pero realmente es un placer trabajar con alguien que tiene en mente un diseño muy claro de lo que quiere, es verdaderamente hermoso porque en ese momento estás compartiendo sus pensamientos. 

Yo tuve la oportunidad de trabajar con Daniele Luppi, un compositor de música lounge/cocktail de mi ciudad, y a veces me daba un precario bosquejo de un groove, pero otras veces me daba arreglos muy complejos en los que las notas escritas parecían como puestas al azar, pero luego de escuchar detenidamente el resultado final, todo sonaba muy diferente. 

SC: Ah, cuando tocas con una orquesta es maravilloso. 

Sí, después de oír los temas terminados a veces le preguntaba, “¿ese en el bajo fui yo?” y me contestaba “bueno ...¡sí!”. A veces, sin embargo, parece que en otros momentos, como con Jovanotti, creas más bien desde cero, algo así como “veamos cómo podemos construir algo”, por lo que tu impronta es mucho más personal, ¿no? 

SC: ¡Es exactamente así! Viene con una idea muy precisa de una letra (y siempre compone comenzando por los beats por minuto), luego nos juntamos y hacemos una jam. A menudo él inventa las letras, pero desde hace unos tres años nos viene dando canciones completas, que compone con la guitarra. 

¿Y en tales casos, cómo haces para encajar? 

SC: Encajamos el uno con el otro. Por ejemplo Pier (Foschi), el baterista, y yo, venimos tocando con Lorenzo desde hace casi diez años, y cuando empezamos un proyecto, nos arremangamos y tratamos de darle lo mejor, tratando de encontrar algo original, o al menos algo que suene nuevo. A veces simplemente usamos un lenguaje musical previamente adquirido, ponemos un disco, escuchamos en silencio y decimos, “OK, creo que éste es el camino a seguir”, y empezamos. Quizás cambiamos algunas notas del groove, pero podemos usar las mismas notas también. 

A veces me pasa a mí también. Escucho una melodía que, cambiándole algunas notas aquí y allá, se convierte en algo diferente, un punto de partida a menudo viene del trabajo de otro. 

SC: Seguro, tratas de capturar el feeling mientras cambias las notas, ¿correcto? También hay veces en que se te ocurre algo de pura suerte. Cuando estábamos grabando “L’ombelico del mondo” e inventé ese riff ¡...ahora todo el mundo me pide que lo toque! 

Sí, recuerdo que dijiste eso en el show de TV de Red Ronnie, tuviste la idea y la canción estaba prácticamente lista. 

SC: ¿Te diste cuenta? Te digo, fue pura suerte, porque hay otras seis versiones de ese tema. 

Las famosas “tomas alternativas” que podrían aparecer en una antología de Jovanotti en el 2080... 

SC: Soy realmente sincero, muchas veces tocas un montón, escarbas en un montón de discos y cuando te sientas a grabar ¡no se te ocurre nada! Escuchas lo que tocaste y piensas “¡al carajo con eso! Esto es tan malo ...no me gusta”. 

Hablando de cosas más técnicas, noté que pasaste de usar casi exclusivamente el bajo de seis cuerdas a usar más y más seguido el de cinco. ¿Fue una elección racional o sólo te diste cuenta de que cada vez levantabas el bajo de seis con menos frecuencia? 

SC: Bueno, tengo ocho bajos listos, cuando estoy grabando, y son completamente diferentes uno del otro; van desde un Hofner original de los sesenta (¡perro afortunado!) hasta un Fender Precision, o para ser preciso un Telecaster del ’72; después tengo una copia de ese con cuerpo de aluminio y circuito activo, un Steinberger de fibra de carbón, un Sadowsky de cinco cuerdas y otro Fender de cuatro. No me importa mucho, pero cada instrumento tiene una fuerte influencia sobre mí, quiero decir, cuando cambio de bajo cambio mi enfoque, como si cada instrumento tuviera su propia alma, que altera mi forma de tocar. 

Pero últimamente te he visto usando los de cinco cuerdas… 

SC: Sí, sí, estuve usando los de cinco, y también bastante los de cuatro, últimamente. 

De modo que para ti no es como para Paolo Costa, quien me contaba que considera el bajo de seis cuerdas un poco fuera de rango, demasiado agudo; es que un instrumento en particular es más apropiado para un tema en particular, por lo que si a menudo usas el de cinco es porque estás presentando una canción que compusiste en ese instrumento. 

SC: Sí, también es por eso …y porque cuando usas el de seis es casi como si tuvieras que usar esa cuerda aguda, y no es ningún secreto que me compré el Ken Smith cuando John Patitucci apareció y me volvió loco. Tenía diecisiete años entonces… 

¡Entiendo! Eras fácilmente influenciable… 

SC: Y todavía lo soy, y si encuentro a alguien que me gusta voy a ver cada concierto y trato de entender qué está haciendo. Soy muy apasionado sobre eso. 

Sé que empezaste en el violín, y como yo también lo hice, puedo decir que pasar de un instrumento estrictamente melódico a otro que es el cimiento armónico y rítmico puede ser fácil desde cierto punto de vista (quizás porque, hablando de ritmo, es algo que simplemente tienes o no tienes), pero a la hora de frasear melódicamente es otra historia, en el bajo. 

SC: Sigue siendo un instrumento afinado en cuartas, de modo que melódicamente podría estar más adelante, pero a veces, en cuestiones armónicas, me encuentro discutiendo, ¡y quizás no era yo quien tenía razón! 

¿Quieres decir que desplazabas las tónicas e invertías los acordes? 

SC: Claro, quizás yo tocaba una nota y alguien, a menudo el tecladista, rápidamente me decía “mira, esa nota en el bajo no es la correcta, prueba con esta…” 

También podía ser el guitarrista… 

SC: Sí, pero a menudo los tecladistas son mucho más tediosos. 

¡Voy a escribir eso! 

SC: Quiero decir, cuando estás en el estudio son ellos los que te dicen “tienes que tocar un Fa en el bajo en lugar de un Sol”, y tú contestas “pero para mí la otra nota también suena bien…” 

Pero a menudo cuando el bajista desplaza la tónica o invierte el acorde el resultado es impactante. Piensa en Paul McCartney… 

SC: ¡Mierda! 

Exacto, eso es lo que hace que el bajo sea tan mágico, y para mí el rol de nuestro instrumento no debería ser subestimado. 

SC: Correcto, y muchas veces las notas que inicialmente eran cuestionadas terminan siendo consideradas “cool”. 

A menudo hago eso subrepticiamente, por ejemplo en los ensayos el guitarrista no se dio cuenta de lo que yo hacía, pero le gustó luego de escuchar la grabación, aunque si se hubiera dado cuenta mientras estábamos tocando hubiera comenzado a preguntar “no …¿qué? …¿dónde…?”. A menudo cuando algo ya está hecho te das cuenta que no estaba tan mal. 

SC: Sí, a menudo el bajista es un poco más irresponsable que los otros músicos. 

Quizás porque nos sentimos limitados, sónicamente hablando, y por eso seguimos intentando cosas nuevas. 

SC: Seguimos probando …y tarde o temprano… 

¿Qué le dirías a alguien que ya está tocando pero quiere apartarse de las viejas “corcheas en tónica” o de las escalas pentatónicas o de blues? 

SC: Siempre digo que tienes que escuchar lo que más te conmueva; recuerdo que cuando comencé a tocar, a los catorce años, tenía una banda de covers que tocaba temas de Rolling Stones y Van Halen, y esa música me daba una gran energía, mientras que durante un tiempo alguien me decía que si quería ser músico debía escuchar jazz, y que sin el jazz nunca iba a ser capaz de tocar algunas cosas. Así que empecé a escuchar jazz pero al poco tiempo me aburrí hasta los huesos, ¿te das cuenta? Quiero decir, si no sientes profundamente algo, ¿por qué carajos insistir? También me había comprado un contrabajo que vendí un año después …que además era una carga para andar llevando por ahí. Sien embargo hay muchas cosas hermosas que aprendí y toqué, de todos modos… 

Como ese tema de Marsalis que una vez interpretaste, “Mo’ better blues”. Lo cual nos lleva a lo que hablábamos en un principio… ese tema, o ese bajo, me hace sentir ciertas cosas, de modo que la tocaré. 

SC: Exactamente, y entonces, una vez que entendiste cuál es la música que te da más cosas, tratas de aplicar lo que quieres hacer con el instrumento a las cosas que ya conoces. 

Sí, por ejemplo me compré el single de Jennifer Page “Crush” y el de Des’ree “Life”, sólo para aprenderme las líneas de bajo. 

SC: Ese disco está maravillosamente masterizado, dicho sea de paso... 

A menudo me compro algo que está en los charts de pop sólo porque está muy bien tocado, quiero decir, ¿por qué tendría que comportarme como un snob? 

SC: Exacto, tienes que ser sincero contigo mismo en primer lugar. ¡Conozco gente que va a ver conciertos que no les gustan!

Sólo para decir “yo estuve ahí”. 

SC: Sí, o cuando alguien me pregunta, “¿nunca te interesó el Stick Chapman ®?”. Contesto “no soy bueno con eso, ¡Me compré uno y lo regalé a la semana!”. 

Afortunadamente aquí en Padova hay cuatro stickistas (lo cual es mucho para una ciudad que tiene sólo unos 250.000 habitantes), y conozco a tres de ellos, de modo que cada vez que les pedí probarlos, me puse nervioso y rápidamente se los devolví. Prefiero sentarme con mi piano Rhodes e intentar algo, porque me siento más cómodo con eso.

Volviendo a tus jams con Jovanotti, ¿tienes un sistema de grabación casera, como una computadora o un escritorio, donde grabar y componer? 

SC: Para nada, tengo un grabador MiniDisc con un micrófono, eso es todo. Creo que si tienes que trabajar con alguien en la computadora, ese alguien tiene que ser muy bueno, de lo contrario es frustrante. Yo instalé el software Logic en mi laptop Apple, ¡pero nunca le conecté nada! 

¿Rechazo total? 

SC: Sólo compraré un piano y lo conectaré a través del puerto USB. Un programa que realmente me gusta es Finale, que uso para imprimir mi música. 

Yo sorprendo a todo el mundo con mi lapicera de fuente, que me hace escribir en estilo Real Book, todo el mundo me pregunta qué software uso para imprimir de esa forma y yo contesto “¡hecho a mano, corazón!”. En conclusión, con tu MiniDisc capturas el momento, y luego, cuando lo escuchas, si te gusta lo conservas y si no ...¡no importa! 

SC: Sí, prefiero estar en el estudio, porque es un ambiente diferente,. Lorenzo tiene un estudio casero en su sótano, con una gran mesa, Pro Tools con el mejor sistema operativo y, lo más importante, un productor que maneja los botones. 

¿Está todo en Mac? 

SC: Todo. 

¡Qué más se puede pedir! 

Visita la página de Saturnino en http://www.saturnino.org 

 

 

     Need a friend?
Shop at the World's Largest Music Gear Company!

                                  

Home ] Up ]

Copyright © 2000-2009 Global Bass Online
Last modified: June 16, 2009