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Zon Bass

 

 

MICHAEL MANRING

LA VIDA COMO UN BLANCO MOVIL

 

por Warren Murchie

traducción de Sebastián Caffini

 

Global Bass orgullosamente presenta una entrevista con Michael Manring, bajista de renombre mundial. En noviembre pasado el sello discográfico de Michael, Alchemy Records, lanzó “THE BOOK OF FLAME”. Más etéreo y onírico que el anterior “Drastic Measures” o que el lisa y llanamente rockero “Thonk”, con este “The Book of Flame” Michael una vez más extiende los límites del bajo. 

La estelar técnica de Michael, que incluye su sorprendente capacidad para tocar conciertos completos por sí solo, nos fuerza a aquellos menos aventureros de nosotros a reexaminar qué es lo que puede y qué es lo que no puede hacer el bajo. Michael viaja regularmente a lugares donde los musicalmente tímidos temerían acercarse. Para ser más precisos, Michael regularmente ocupa una estratósfera musical que la mayoría de nosotros nunca ha visitado, o cuya existencia desconocemos. 

Para aquellos que nos hemos preguntado miles de veces si el camino a seguir es una educación formal en un lugar como BIT o el autodidactismo, parece cantado que Michael Manring, uno de los mejores bajistas contemporáneos y “héroe del bajo” para varias decenas de miles de bajistas, podría tener una respuesta clara y precisa 

MM: Bueno, fui a Berklee por alrededor de siete meses, pero me considero en gran medida autodidacta. Más o menos como todo el mundo, me salió un trabajo, me fui de gira y no volví. De hecho me arrepiento en parte. En cierta forma siempre he querido volver y aprender más. Es que hay mucho para aprender sobre la música. Armonía, composición y la música de diferentes culturas y tantos compositores brillantes. Es mi sueño, en algún punto de mi vida, volver a un ambiente más académico. 

Eras muy amigo del brillante guitarrista Michael Hedges. ¿Su súbita muerte todavía te afecta?

 

MM: ¡Dios! Creo que algunos no sabían cuán amigos éramos. Empecé a tocar con Michael cuando tenía 18 años. Prácticamente crecí tocando con él. Antes de que los dos tuviéramos nuestros respectivos contratos, tocábamos por 50 dólares y dormíamos en la parte de atrás de su camioneta. Era un gran amigo y lo admiraba mucho. Era un ser humano extraordinario. 

¿Y un músico extraordinario? 

MM: Sí, pero más como ser humano que como músico. Creo que podría decir que siempre que estuve cerca suyo ocurrían cosas extraordinarias. Cosas que desafiaban la lógica a veces. Michael estaba realmente en contacto con algo. A menudo me preocupaba que algo le sucediera porque siempre vivió muy en el límite. ¡Se arriesgaba mucho! 

¿Se arriesgaba físicamente, como Jaco? 

MM: ¡Había muchas similitudes entre ellos! Y créeme que he hecho mucha introspección. También estudié de Jaco. 

¿En serio? 

MM: Sí, porque también fue una figura importante en mi vida. No tuve una amistad con él, fue más una relación estrictamente de profesor a alumno. No pasé mucho tiempo con él. 

Hoy en día es bien sabido que Jaco realmente no fue siempre responsable de su conducta “bipolar”, siendo maníaco depresivo. Su enfermedad fue fuente de un gran genio musical, pero le costó muchos amigos también. 

MM: Sí, era maníaco depresivo. 

Y además tampoco eligió usar litio ni otros modificadores del ánimo. 

MM: Bueno, la historia de Jaco es muy complicada, muy trágica. 

¿¿Te molesta hablar de ello?? 

MM: No, no me molesta porque me pasé mucho tiempo tratando de procesarlo mentalmente. Esta gente eran mis héroes. Jaco, Michael y mi padre. Lo de Jaco fue tan trágico más que nada porque era muy autodestructivo. Mucha gente ofreció ayudarlo y lo hospitalizaron un par de veces. Hubo gente que hasta se alegraba de hacerlo hospitalizar par tratar de mejorarle un poco la vida. Pero estaba realmente decidido a destruirse a sí mismo. Michael Hedges, también, vivió lo equivalente a diez vidas en su corta vida. Hizo muchas cosas, muchas cosas extraordinarias. Era increíble. Creo que podemos tener por cierto, particularmente en el caso de Hedges, de que no hubo nada que no tuviera la chance de hacer. Me hizo pensar, hasta cierto punto, que él sabía que iba a morir pronto. Pudo haber vivido mucho más, de eso no hay duda. 

Estas muertes inoportunas te hicieron valorar más tu vida. 

MM: ¡Buena pregunta! Creo que me gustaría creer que todo lo que ha sucedido lleva a valorar más la vida. A estar más despierto para realmente apreciar cuán valiosa es la vida. 

De hecho fue el haber escuchado lo que hiciste en “Drastic Measures”, éste disco y “Thonk” lo que me hizo finalmente tomar coraje para intentar tocar el bajo fretless. Fue una idea aterrorizadora dado el nivel de precisión necesario para tocar fretless. Es un instrumento impiadoso para quienes lo encaran a la ligera. 

MM: Claro que sí. Tienes un margen de error de un milímetro y nada más. 

¿Cómo te la arreglas para mantener constante la afinación? En un contexto en vivo, ¿es cuestión de apuntarle ciertas luces al bajo o estás tan cómodo que la iluminación no importa? 

MM: Esa es una buena pregunta que nunca nadie me había hecho. Tienes razón, es necesario ver bien y las luces sobre el escenario son algo muy importante. He tratado de requerir una cantidad adecuada de luz sobre el escenario, pero sin mucha suerte. 

Bueno, Greg Lake solía tocar descalzo sobre una alfombra importada para relajarse y concentrarse durante sus conciertos. ¿Por qué no armar algo con una buena luz? De esa manera no tendrías problemas para ver. 

MM: Esa es una buena idea, que no se me había ocurrido. Mi problema es que generalmente viajo sólo y por avión. Siempre estoy en el límite de equipaje que puedo llevar conmigo. No podría llevarme ni un solo zapato de más. 

¡Si vendieras 10 millones de discos te podrías comprar tu propio maldito avión! 

MM: ¡Si vendiera 10 millones de discos me pararía sobre una alfombra también!! 

Volvamos a ponernos técnicos. Respecto de los LED’s en el mango del bajo, Alembic tiene LED’s rojos sobre la parte superior de la trastera. ¿Alguna vez pensaste en pedirle a Zon algo así? 

MM: En realidad Joe Zon hizo algo raro. El bajo que es mi fretless principal hoy en día lo diseñamos entre los dos. No me dijo nada, pero lo puso unos puntitos fluorescentes en el costado del mango. La primera vez que estuve es un escenario completamente oscuro, ¡el mango se encendió de pronto! En principio me causó gracia porque sabía que Zon me lo hizo como una broma, pero de hecho ahora me alegra que estén ahí porque en muchas ocasiones me resultaron muy útiles. 

En muchos de los temas de tu disco “The Book of Flame” estás tú solo, sin más. ¿Se puede trasladar eso a los shows en vivo? 

MM: Oh, sí, de hecho durante muchos años las principales presentaciones que hice fueron así. Inclusive ahora a veces me lanzo y toco un par de fechas. 

¿No es maravilloso y aterrador al mismo tiempo? ¡Todo descansa sobre ti! 

MM: Diste en el clavo. ¡Es algo maravilloso y al mismo tiempo absolutamente aterrador! Para mí es especialmente aterrador. Hay una especie de especial temor que siento cuando hago cosas solo. No es fácil dominar ese temor. 

A veces el temor puede ser delicioso. ¡No puedes fallar! Es a ti a quien vienen a ver. Es tu propia música. ¡El paquete está intacto! 

MM: Y eso es de lo que se trata la vida. Sabes que enfrentando las cosas difíciles es como vas a crecer. Ha sido una buena experiencia. Es difícil describir cuánto ha significado para mí. El desafío es el hecho de que quizás estés haciendo algo de una manera nunca intentada antes. 

¡Ahora escuché que estás tocando un bajo de 10 cuerdas! ¿¿Qué es eso?? ¡El mango debe medir un metro de ancho! 

MM: Bueno, en realidad son cinco pares. Fue diseñado para afinar cada par en octavas, pero por supuesto, ni bien lo tuve le quité las cuerdas octavas y lo afiné completamente demente. Afiné cada cuerda en una nota diferente. Para mí funciona. 

¿Y cuál es la ventaja, además de marear al público? 

MM: (Risas) Bueno, marear al público es un buen propósito. Los descoloca un poco, y así es como aprenden. La ventaja es que te brinda la posibilidad de tocar cosas que no podrías de otro modo. Como todo lo que tocas es un intervalo, se pueden tocar acordes ENORMES. 

¿Acordes que de otra manera no lograrías? 

MM: Que no podría lograr porque no tendría suficientes cuerdas. Te da la posibilidad de tener todas esas notas. Pero como en todo, hay una desventaja. Hay muchas cosas para las cuales no puedo usar el bajo de diez cuerdas. No puedo tocar melodías en él, pero abre la posibilidad de explorar otras áreas. 

¿Entonces la razón por la que no puede llevar ni un zapato de más en las giras es porque llevas demasiados bajos? 

MM: Trato de mantenerme en tres, pero me gustaría llevar cuatro o cinco. 

Escuché que en una ocasión sacaste el bajo de su estuche y las clavijas se movieron, lo que te dejó con una afinación irregular, Fa sostenido, Sol, Si bemol y Sol. 

MM: ¡Pero tampoco estaba afinado normal cuando lo metí en el estuche! A mis bajos les pasa de todo (risas). Realmente han soportado palizas. Tengo este bajo que tiene diez años y parece que tuviera treinta. 

La primera vez que escuché tu música me recordó a “In the Dead of the Night” del grupo progresivo Británico U.K. Las métricas eran muy avanzadas, los agrupamientos corales muy fragmentados; y los acentos y las cadencias que a menudo son lo primero que reconocemos de una pieza de música …no estaban!! Recuerdo que le contaba a un amigo que no podía “oír” la música. No podía darme cuenta cuándo una estrofa, un estribillo o un puente comenzaban o terminaban. Me desconcertó por unas semanas pero no podía dejar de escucharlo. A la larga, un día, luego de dejar de intentar apropiarme de las canciones, comenzaron a abrirse ante mí como flores. Mientras la música sonaba en la habitación de al lado, suspendí mi necesidad de analizar todo, quién tocaba qué cosa, si yo también lo podría tocar, etc., y me desprendí de mi ego. Fue en ese momento cuando todo encajó. Cuando dejé de intentar mensurar la música, pude apreciar el tamaño de la música. Lo mismo sucede con tu última producción. Cuando lo escucho siento ciertos sonidos y percibo imágenes mentales que pasan volando, pero me queda la sensación de que aún queda mucho más por escuchar, mucho más para dejarse fascinar. 

MM: Es interesante que lo hayas notado. Esa es una gran parte de la forma en que veo el mundo. Creo que viene de haber crecido en el entorno familiar en que crecí. Mis padres eran gente maravillosa, y mi madre todavía vive. Gente realmente extraordinaria pero con filosofías de vida prácticamente opuestas. Siempre se llevaron bien y estuvieron juntos hasta que mi padre murió. Creo que ni siquiera votaron alguna vez por el mismo político. Pero eran capaces de explicar sus puntos de vista muy elocuentemente, calmados y racionalmente. Así que crecí viendo todo en la vida desde estos dos puntos de vista. Así es como veo la vida, veo desde dos puntos de vista y trato de encontrar el sentido entre ellos. 

En una pregunta más egoísta ahora, y dado que tenemos una de nuestras oficinas en Canadá, tengo que preguntarte si hay alguna chance de que en algún momento des algunos conciertos allí. 

MM: Lo hice, de hecho hay un festival de guitarras en Winnipeg donde me hicieron tocar, creo, cuatro años seguidos. Fueron muy alentadores. También hay un festival en Montreal donde organizan a su vez festivales de guitarra, batería y bajo. Creo que el festival de batería es el más grande del mundo, pero creo que todavía no han tenido mucho éxito con los otros dos. 

¿Algún comentario adicional sobre tu amor por las afinaciones inusuales? 

MM: Una de las cosas lindas de la afinación inusual es que las desventajas no son muy severas. Sólo basta recordar que si no te gusta, en un minuto se puede volver atrás. 

¿Usualmente cuánta gente atraes saliendo de gira tú solo? 

MM: Probablemente más de quinientos, pero nunca sé, depende de una serie de factores. Ha sido una carrera interesante, porque he hecho desde shows para tres personas hasta uno muy grande, con una banda como teloneros de los Beach Boys. 

¿¿¿¿Quién fue el promotor que armó eso???? 

MM: Pero creo que había unas siete ú ocho mil personas, sin embargo. 

¿Tocas mucho en universidades y colegios? 

MM: No tanto como antes. No estoy seguro de por qué. No tengo la operatoria de negocios más organizada. 

Parece extraño que un músico de la estatura de la que tú gozas entre tus pares no haya elegido seguir la senda de otros bajistas como Billy Sheehan con Mr. Big. 

MM: Acepto la “culpa” por eso. Soy horrible para los negocios. 

¿Hay algún grupo de amigos o socios confiables que pudiera ser bueno en ese aspecto? 

MM: Tuve gente que se ocupó de mi carrera por algunos años, inclusive una mujer que hizo un gran trabajo, pero los otros artistas que ella manejaba se desmoronaron, y no podía ganarse la vida manejándome sólo a mí. Así que fue en otras direcciones. Tuve un par de ofertas de otros amigos y estoy tratando de figurar la mejor manera de organizar todo el negocio. Ciertamente hay gente que ha ofrecido ayudar y yo me siento afortunado por eso. El desafío para mí es tratar de encontrar la manera de hacerlo funcionar en mi favor. ¡Es un talento que no tengo! (risas). 

¿Durante cuanto tiempo vas a dar conciertos en apoyo de este disco? 

MM: Voy a estar trabajando donde sea que pueda arreglar para tocar. También voy a hacer otro disco ni bien tenga tiempo. No es la relación usual, donde las bandas contratadas por un sello grande planean el futuro por años. Más que nada me gano la vida trabajando como sesionista y acompañando a otra gente. El disco solista es casi una obra de amor. Me las arreglo para ganarme de la vida parcialmente con él, pero no totalmente. 

¿Se puede componer nuevo material con una vida tan febril? 

MM: Si pudiera, me pasaría casi toda la vida componiendo. Siempre tengo una cantidad enorme de material. Usualmente el desafío consiste en decidir que dirección tomarán los nuevos discos. 

En tu show en vivo incluyes una maravillosa versión de “Purple Haze” (de Hendrix). Tengo entendido que también incluyes otros clásicos de rock. 

MM: Hago covers de todo tipo. Toco jazz, muchos standards, pero también me lanzo con “Eighteen” de Alice Cooper, o un par de canciones de Nirvana, como “Teen Spirit”. Es divertido mezclar esas cosas. Y una de las cosas divertidas del bajo es cuando tocas cosas que la gente no espera de ti. 

¿Te ha sucedido que la gente se te acerque y te pregunte por qué no tocas simplemente ritmo? 

MM: Les contesto que opto por la variedad. Puedo tocar un funk de los ’70 liso y llano una noche y la noche siguiente algo totalmente improvisado de modo que no suene como un bajo en absoluto. La noche siguiente a esa puedo tocar un concierto solista, y eso es lo que hace interesante al instrumento. Hay tantas cosas que se pueden hacer y sin embargo la gente sigue tratando de encasillarlo en una sola categoría, no importa cuál sea. Ya sea tocando solo, o acompañando, o lo que fuera, siempre eso me resulta cansador. Me gustaría que superaran eso, me gustaría que en general no pensáramos de esa forma. 

¿Te parece que algo del encasillamiento viene de un temor a lo desconocido? 

MM: Hasta cierto punto es comprensible, porque no puedes tener una visión tan amplia sobre TODO en la vida. Tienes que tener algunos preconceptos. Pero creo que hay un punto en el cual todos pareciéramos adorar esos preconceptos, como si fueran sagrados, cuando en realidad son sólo conveniencias que nos evitan la molestia de procesar todo de una vez. Las cosas más interesantes pueden suceder cuando esos preconceptos se debilitan un poco y se derriban. Hubo un momento en mi vida en que estaba más entusiasmado acerca de enfrentar ese desafío. Pero a medida que pasa el tiempo se vuelve más y más agotador. A esta altura de mi vida me gustaría sentir que cuando subo al escenario no tengo nada que probar. Realmente me gustaría tocar lo que a mí me parece buena música y no tener que demostrar nada. Cuando era más joven, ese desafío me gustaba más. 

En un nivel más mundano, ¿te haces tiempo para practicar diariamente? 

MM: Sí, lo hago, me encanta practicar. Creo que es por eso que mi sentido de los negocios es tan malo. Prefiero pasar el tiempo componiendo y tocando antes que emplearlo en pensar sobre mi “carrera”. Y sí, usualmente encuentro tiempo para practicar todos los días. ¡Amo tocar! Para mí es la experiencia más completa en la vida. Desde que encontré el bajo, no hubo vuelta atrás. Me consumió la vida. Y aunque nunca hubiera ganado dinero con ello, habría consumido mi tiempo absolutamente 

(Nota del director: ¡se me ocurren por lo menos 25 músicos que encontrarían incomprensible una declaración como ésta!) En general me da la impresión de que tienes la mayoría de los aspectos de tu vida equilibrados. 

MM: Bueno, ¡ciertamente no expondría mi vida como un ejemplo para nadie! (risas). Pero atravieso la vida como un desafío. La vida es como un blanco móvil, nunca se queda en el mismo lugar por mucho tiempo. 

 

La increíble música de Michael se puede encontrar en http://www.alchemyrecords.com/

Para mantenerte al día sobre su agenda de shows, noticias, y otras informaciones, prueba en http://www.manthing.com/

 

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Last modified: June 16, 2009