Global Bass Online March 2000 |
Zon Bass
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STEVE LaSPINA CIUDADANO DEL
MUNDO DEL CONTRABAJO por
Warren Murchie traducción
de Sebastián Caffini No
tiene el típico aspecto de una aficionado al jazz. Una
sonrisa amistosa emana de sus fotografías, haciéndolo parecer más un compañero
de trabajo que un músico profesional altamente entrenado. Si por sus fotos uno
tuviera que pensar que es músico, pensaría más bien que se trata de un músico
de rock de mediana edad. Cuando se le pregunta si alguna vez se ha visto
involucrado en algún tipo de entorno rockero, Steve contesta “Sólo en el estudio, nunca en primera línea”. Steve
tiene 45 años y, como yo, ha pasado largamente la edad de las vestimentas
ajustadas, coincidiendo en que el mundo es un mejor lugar por el hecho de no
tener que ver a ninguno de nosotros en Spandex.
“¡Ni me le acercaría!” dice entre
risas. El
calibre de las grabaciones que he recibido de la discografía de Steve incluye
“The Road Ahead” y “Distant Dream” y es muy
alto. Ambos discos exudan una calidez, una claridad y un entusiasmo refrescantes.
Aun los temas más pensativos trasmiten sus emociones sin ningún esfuerzo. Tal
vez sea una caso de muy buenas técnicas de grabación, combinadas con una fina
y relajada ejecución, aunque queda la sensación de que mucha de la fuerza
radica en la composición. Steve aparece prominentemente en estos dos CDs, no sólo
como intérprete sino también como compositor de todos los temas de
“Distant Dream” y de cinco de los
nueve de “The Road Ahead”. Decidimos
en primer lugar ocuparnos de la técnicas de grabación empleadas para grabar su
contrabajo. Su sonido es cálido y claro y por supuesto, aquí en Global Bass tenemos
curiosidad por saber cómo lo consigue. ¿Conectas
directo a la mesa o usas una combinación de amplificador y toma directa? Uso
un micrófono. Tengo un pequeño instrumento excepcional que es muy limpio. Es
un viejo contrabajo francés de alrededor de ciento setenta años. Es mi
instrumento principal. ¿Tocas
bajo eléctrico? Toco,
sí, tanto trasteados como fretless. Era un maniático de los Fender, pero estos
días estoy tocando un G&L. Es el instrumento que realmente me enloquece. Mi
fretless es un prototipo de Yamaha que me dieron hace unos veinte años.
Simplemente le saqué los trastes, y creo que era un BB2000. Finalmente terminó
como modelo de producción. Nunca grabé con el fretless, lo toco por mi propio
placer. Me
imagino que ambos instrumentos te resultan bastante distintos... Oh sí,
el bajo eléctrico es definitivamente una guitarra. Sin dudas. ¿Qué
usas para amplificarte en vivo? Bueno,
durante los últimos doce años he estado usando un micrófono Shettler, suizo,
y decidieron rediseñarlo, ya no hacen más el mismo micrófono. No estoy
satisfecho con sus nuevos micrófonos. ¿Y
lo saben? Sí. ¿Cuál
es la diferencia entre uno y otro? Bueno,
antes era un micrófono doble, dos piezas de corcho que se montaban a ambos
lados del puente. Dijeron que tenían un problema de fases con ellos. Ahora usan
solamente una pieza, pero es un sonido completamente diferente. Les pedí que me
repararan el viejo micrófono, cosa que hicieron, pero cuando me lo enviaron de
vuelta ya no sonó para nada como antes. ¿Estás
buscando otros fabricantes en función de eso? Bueno,
también tengo el micrófono que fabrica David Gage, “The Realist”, que me
gusta mucho. Cuando funciona bien, es genial. ¿No
te parece un poco temperamental? ¿Tendrá que ver con la temperatura o la
humedad? No sé
qué es. Lo uso en los contrabajos de algunos de mis estudiantes y suena
fabuloso. Suena fabuloso en mi propio contrabajo a veces. En otros casos,
encuentro que no lo puedo usar en absoluto. ¿Tienes
un oído muy delicado? No sé
si es tanto mi oído como el feeling o el sonido que sale del instrumento. Tiene
que estar bien. También estoy usando un micrófono Underwood, que fue el
primero que tuve, con el que comencé. De
modo que en este momento estás en la búsqueda del micrófono correcto. Exacto,
no estoy del todo satisfecho con nada. Estoy pensando que quizás, aunque no
estoy seguro de gastar el dinero en este momento, pruebe el sistema Barbera.
Conozco mucha gente que ama ese micrófono. ¿Qué
piensas de los contrabajos eléctricos? Tengo
uno que uso a veces. Es un David Gage. No es un contrabajo ni es un bajo eléctrico.
Es definitivamente un instrumento aparte. Lo he usado mucho tiempo en las giras.
¿No
es extraño el no tener el cuerpo del contrabajo resonando contra el pecho? Sí,
se siente muy extraño. El que yo tengo fue diseñado tomando como modelo mi
otro contrabajo. Tiene un buen feel al tocar pero definitivamente NO es el
contrabajo. ¿Qué
piensas de los bajos eléctricos más exóticos que se construyen hoy en día? No
tengo tiempo para ellos. Para mí, el bajo eléctrico tiene que permitirme
sacarle un par de sonidos. Soy un tipo grande y me gusta ese sonido redondo a la
Motown. Para mí, el bajo eléctrico nunca va a sonar mejor que los que Jaco
Pastorius hizo con él. ¿Alguna
vez pensaste aventurarte con un bajo de cinco o seis cuerdas? No,
y en cuanto a mí concierne (y soy bastante inflexible en ello) no me opongo a
la quinta cuerda grave. Si escuchas algunos de mis discos se puede oír que afiné
mucho más grave la cuarta cuerda en algunos temas. Eso me resulta naturalmente
parte del registro del bajo. Lo que no escucho es la cuerda más aguda. Para mí,
cuando pones seis cuerdas en un bajo ya no estás tocando el bajo, estás
tocando una guitarra baja. Esa
vehemencia hace pensar que para ti un bajo de seis cuerdas no tiene nada que ver
con el bajo... Es
que no es el bajo. John Patitucci lo toca de puta madre, y nadie lo hace mejor,
pero no es el bajo. En cuanto a mí concierne, si quieres hablar del bajo
eléctrico, comienza y termina con Jaco, incluso en cuanto a ser usado como
instrumento solista en su máxima capacidad. Los
dos discos que nos enviaste son muy consistentes, suenan con un feel fresco, muy
vivos. La técnica
era muy importante para mí en un principio, cuando era muy joven. Pero nunca me
olvidé de la música y que la música tiene que tener alma. De lo contrario es
sólo un montón de notas. Lo que trato de retratar en mis composiciones y en la
elección de los músicos que empleo, es que quiero pintar un cuadro. Quiero que
la gente escuche la música y vea algo o sienta algo. Para mí esa es la máxima
forma de comunicación y es realmente de lo que se trata todo. Empezaste profesionalmente como contrabajista clásico a los quince años. Antes de eso, ¿cuánto tiempo hacía que tocabas, y qué te motivo a empezar en primer lugar? Quise
tocar el contrabajo desde muy temprana edad porque mi padre tocaba el contrabajo.
¡Pero no lo alcanzaba! Me tenía que parar sobre guías telefónicas. No había
contrabajos de ½ en aquél tiempo, así que tuve que esperar hasta que estuve
en sexto grado para empezar a tocar el contrabajo. También tocaba el bajo eléctrico. Se ha dicho a menudo que con los músicos de jazz sólo se aprende a través de la escuela de los golpes. No están allí para ser tus baby-sitters. Sí,
nadie quiere escuchar excusas. Cuando
te mudaste de Chicago a New York, ¿te intimidó esa filosofía? Bueno,
no mucho, porque antes de mudarme a New York ya había tocado con mucha gente de
New York. Entendí en qué me estaba metiendo. No es tan abierto ni tan
conversado en New York cuando estos problemas aparecen, pero hablando con otros
contrabajistas encontré que es una realidad. Básicamente, el contrabajo queda
atrapado en el medio, y hay que aprender a manejarse con algunos bateristas. Hay
ciertos bateristas con lo que no quisiera trabajar, pero si tengo que trabajar
con ellos, tengo que ajustar mi toque. Una vez que aprendí a hacerlo, el
problema cesó. Hoy en día, con la cantidad de discos solistas que grabaste, tienes control sobre la gente con la que trabajas. Has empleado al baterista Jeff Hirschfield en esos discos. Sí,
Jeff es uno de mis bateristas favoritos. Lo que me gusta de él no es sólo dónde
ubica el beat, ¡es que es tan condenadamente musical! Puedo hacer cualquier
cosa con Jeff. Es un tipo de pocas palabras pero brillante a la hora de hacer música.
Tiene su propio estilo, su propia forma. No es un super virtuoso, y mucha gente
lo ha subestimado por eso. Técnicamente, hace lo que yo necesito. Yo soy muy
perfeccionista, y probablemente exijo a los bateristas más que a nadie. ¿Ha funcionado bien la relación con (la compañía discográfica) Steeplechase Records? Tengo
que darles crédito porque me dejan hacer lo que quiero. Tengo control total
sobre la producción de la música. He tenido ofertas de otros sellos, pero tuve
que decir que no, porque no quiero hacer lo que quieren que haga. Steeplechase
me dio la chance de sacar seis discos de mi música. No recibo los royalties que
debiera, porque se hicieron cargo de los derechos de publicación, pero tampoco
se van a hacer ricos con eso. Tuve que compensar mucho, pero llegué al punto en
que tengo seis discos de mi propia música con los que estoy satisfecho. Sabes claramente lo que quieres. No de un modo dictatorial, sino con un claro camino hacia tus metas... Sí,
siempre estuve seguro de eso. Puedo ser bastante relajado, y es fácil llevarse
bien conmigo. Tengo a las personas correctas en la banda, que siempre han sido
capaces de brindar lo que quiero. Tienes
más de noventa discos en tu haber. ¿Te siguen llegando ofertas? Hago
mucho trabajo de grabaciones, en jazz u otros estilos. Así que por alguna razón
hago muchos discos de cantantes y discos onda “cabaret”. Creo que ya toqué
en diez en lo que va del año. Entonces
las ofertas llegan. ¿Tienes una buena reputación? Bueno,
en los estudios saben que no sólo soy un músico de jazz, sino que también
puedo tocar casi cualquier otra cosa que me pidan. ¿Te llaman mucho para tocar con arco? En
muchos de los trabajos de “cabaret” me piden bastante que toque con arco. He
encontrado que en ello se basa gran parte de mis ingresos. También acabo de
terminar de arreglar la música para un show en uno de los resorts. Una música
onda Motown, en la que toqué y arreglé. Estoy tratando de expandir mis
capacidades a otras áreas. Disfruto tocando Motown y tocando música clásica,
no me importa qué música sea mientras sea buena música. Eso es realmente lo
importante. No todo el mundo puede tocar jazz cada minuto del día, el mundo ya
no es así. Soy bastante afortunado de tener buenos trabajos en New York. En
este momento estoy trabajando con un tipo llamado Michael Feinstein, un gran
cantante onda Sinatra. Estamos trabajando en un club realmente lujoso en el East
End con una banda realmente buena. Es un trabajo bien pago. ¿Has dado clases en estos años? Enseñé
en la Universidad de New York durante siete u ocho años, luego en Albany por
otros siete años. Y acabo de empezar a enseñar en la Universidad William
Paterson en New Jersey. No siempre, pero bastante a menudo, encuentro que cuanto más versados y experimentados son los músicos, más accesibles resultan, incluyéndote a ti. La
mayoría de los tipos son accesibles, lo son aunque hayan llegado muy alto.
Algunos son bastante arrogantes, pero básicamente todos estamos en la misma.
Todos estamos tratando de ser artistas, de ganarnos la vida y de pasarla bien. ¿Hay planes para algún nuevo lanzamiento en el año 2000? Realmente
no sé en este momento. Lo que realmente quisiera hacer, lo creas o no (y ya
estuve hablando con el productor sobre ello) es entrar y hacer algo en la onda
de Oscar Peterson. Canciones con un trío con swing. Es algo que hice en muchas
grabaciones como acompañante, pero nunca como líder. Creo que eso es lo que me
gustaría hacer próximamente. Otra cosa que tengo en mente es un disco de dúos.
Me gustaría hacer algunas canciones con sólo el contrabajo y una voz. Quizás
también con un cellista. También tengo música escrita para marimba, vientos y
algo de violín. © 2000
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